En una recorrida por cualquier rincón de la República Argentina encontramos escuelas, hospitales, clubes, bibliotecas, museos, obras de teatro, calles, barrios, pueblos y miles de mujeres que llevan el nombre de Eva. También en cualquiera de sus versiones: María Eva, Eva Duarte o su nombre de casada, Eva Perón. Otros prefieren llamarla simplemente Evita. Es decir, un sinfín de argentinos y argentinas que han sido beneficiados gracias a la Fundación Eva Perón, al sufragio universal femenino y a su inclusión en la participación política a través del Partidos Peronista Femenino.
“Los bien comidos”.
A Evita la odiaban los “bien comidos”, como escribió Galeano. La odiaban quienes bombardearon la Plaza de Mayo y fusilaron a los trabajadores en José León Suárez. Un odio que residía en brindarle oportunidades de alfabetización a las campesinas y a las amas de casa. La odiaban por convertir a las mujeres en sujetos políticos, capaces de hacer valer su existencia, en su trabajo y en el hogar. La agraviaban con insultos que se nos hacen actuales. La trataron de prostituta y de loca, como tratan en este país a cada mujer que no comulga con los modos de vida liberales ni burgueses, o como trataron históricamente a las Madres de Plaza de Mayo. La odian aquellos que durante el gobierno anterior tomaron la decisión política de no iluminar su figura en el Ministerio de Desarrollo Social. La odian quienes escribieron “Viva el cáncer” y que lo escribirían hoy. ¿O acaso su figura no es inmortal?
Vive en la sonrisa de los pibes.
Hace unos años, en un acto en San Juan, CFK expresó: «Ella decía que cuando los ricos piensan para los pobres piensan en pobre, y les dan las cosas usadas o las que les sobran. Pero ella nunca los pensó desde ese lugar». Por este motivo, Evita vive en las sonrisas de esos pibes, los únicos privilegiados, que obtuvieron la bicicleta nueva que nunca habían podido tener y en las mujeres que podían tener la máquina de coser. Vive, además, en la señora que se pone al hombro un comedor en estos tiempos de crisis a la que nos han empujado los fugadores seriales y los profetas del odio. Vive en las pibas que se rebelan contra lo establecido y salen a gritar por sus derechos. Vive en las maestras, en los operarios, en los albañiles, en las mujeres que laburan por hora, en las mujeres que lograron jubilarse como amas de casa. También en los pibes y las pibas que reciben las netbooks de la escuela. Vive, por ello, donde la necesidad se convirtió en un derecho.
Líder espiritual de la Nación
En términos políticos y sociológicos, resulta imposible pensar la sociedad argentina sin evocar a Evita. Su rol como líder espiritual de la nación, representa simbolismo y práctica militante. La evocan santa, la corporizan militante. El significado es poner los ojos y el cuerpo en la existencia de un otro; como hermandad y también como diferencia a aceptar y remover para construir colectivamente. Un 7 de mayo, pero de hace 104 años, en Los Toldos, provincia de Buenos Aires, nacía una de las figuras políticas y simbólicas más relevante de la historia argentina sin necesidad de ocupar un cargo más que popular. Evita dejó jirones de su vida aquí. Y sus descamisados a su pedido, han recogido su nombre para llevarlo como bandera a la victoria.

Cristian Barrios. 08/05/2023

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