El empresario Edgar Adhemar Bacchiani habría engañado a 6700 personas. Irá a juicio por una causa en Córdoba por 50 hechos, pero intenta sortear otro proceso más grande en la Justicia catamarqueña con una maniobra judicial.
Edgar Adhemar Bacchianillegó a ser un empresario exitoso, con decenas de locales del rubro gastronómico a nombre de él y de su esposa, aunque su sueño siempre fue ser “el dios del trading”, ya que es un apasionado de las criptomonedas. Entonces, fundó una financiera que movía millones de dólares por mes. Pero todo se volvió una pesadilla para los miles de inversores que le confiaron su dinero. Hoy él está involucrado en una de las estafas piramidales más grandes del país.
El derrotero de engaños se extiende por cuatro provincias. Hay denuncias en Catamarca, su lugar natal, La Rioja, Córdoba y Tucumán, y potenciales víctimas en Buenos Aires, Mar del Plata y otros puntos del país. Serían unas 6700 personas las alcanzadas por el engaño de Bacchiani y su banda. Actualmente, el hombre está detenido en el Penal de Miraflores y a la espera de un juicio.
En 2018, Bacchiani creó la firma Adhemar Capital SRL, y se constituyó como CEO y accionista mayoritario de la empresa, de la cual formó distintas sociedades. Empezó vendiendo facturas y pan a través de las franquicias “Medialunas calentitas”, también helados con “Il Novo”, y distintas dietéticas. Pero su fuerte era “The Traders”, una empresa dedicada al mercado inmobiliario y a las inversiones con monedas virtuales.
El hombre prometía retornos millonarios, que oscilaban entre un 15% y un 20% de rendimiento semestral en dólares a quienes pusieran su dinero a operar con criptomonedas. Un porcentaje alto y poco viable. Sin embargo, mucha gente confió. Esa plata, según se detalla en el expediente al que accedió TN, se incrementaba en función de cuánto invertían: si el monto era importante, le pagaban más intereses.
Al principio empleó el conocido sistema Ponzi implícito, con inversores pasivos que solamente confiaban su dinero a este empresario para hacer crecer sus ahorros. Luego, todo escaló a una estafa piramidal, ya que las inversiones no estaban dando fruto y tuvieron que pedirles a sus colaboradores que salgan a captar más personas para poder sostener los fondos.
Para darle legitimidad a su negocio, Bacchiani contrató a varios empleados del Banco Galicia de Catamarca, con suficientes conocimientos en trading y operaciones bancarias, que se convirtieron en sus socios. Uno de ellos es José Blas, hermano del secretario electoral federal de la provincia. También figuran Pablo Olmi y Alexis Sarroca. Actualmente, están imputados en la causa por presunto lavado de activos y asociación ilícita junto con Bacchiani.
Para darle legitimidad a su negocio, Bacchiani contrató a varios empleados del Banco Galicia de Catamarca, con suficientes conocimientos en trading y operaciones bancarias, que se convirtieron en sus socios. Uno de ellos es José Blas, hermano del secretario electoral federal de la provincia. También figuran Pablo Olmi y Alexis Sarroca. Actualmente, están imputados en la causa por presunto lavado de activos y asociación ilícita junto con Bacchiani.
Cuando los inversores empezaron a notar que su dinero no estaba rindiendo, y esos montos prometidos no estaban siendo cumplidos, le reclamaron al empresario. “¡Pagá, rata!”, le gritaban algunos de los damnificados que se había autoconvocado en la puerta de su casa para insultarlo. Todo era caos, y la plata no aparecía, o ni siquiera existía.
La maniobra de Bacchiani para no ser procesado por lavado de activos
En marzo del 2022, el abogado Alfredo Aydar presentó una denuncia en conjunto contra Bacchiani y pidió su imputación. La presentación la hizo en Tucumán, ya que uno de sus clientes era de esa pronvincia, pero la Justicia remitió el expediente a Catamarca por una cuestión de competencia y quedó en manos del juez Miguel Ángel Contreras. Actualmente, el letrado representa a 916 clientes de todo el pais, como parte querellante.
En paralelo, otra decena de personas que habían sido clientes de Adhemar radicaron otra denuncia en Córdoba, por lo que se inició una causa en simultáneo y la Justicia ordenó en abril de este año llevarlo a juicio por 50 hechos de estafa, después de que el procurador Eduardo Casal diera dictamen favorable. En Catamarca, la situación es totalmente distinta, ya que Bacchiani jugó una carta maestra para evitar ser enjuiciado: presentó la quiebra de su firma.
Según deslizó uno de los abogados querellantes que tiene la causa, el poder político de la provincia colaboró para que el caso no avance. “Sospechamos que Bacchiani es socio de Andrés Jalil, hermano del gobernador, ya que se confirmó la vinculación de la empresa con el Sanatorio Junín, de la capital catamarqueña, que es oficialmente de su propiedad”, aseguró Aydar.
Incluso, en ese centro de salud es donde Adhemar estuvo internado antes de que la Justicia pidiera su detención por riesgo de fuga. Alegó tener problemas de salud, pero resultó ser una maniobra más para zafar de la cárcel. Del Sanatorio Junín, el empresario se escapó dos días antes de que el fiscal ordenara su arresto, el 22 de abril del 2022.
Acusan al hermano del gobernador de Catamarca de ayudar al empresario para que no vaya a juicio
El abogado querellante insistió en la relación política del empresario para salir ileso de esta trama judicial y apuntó también contra Raúl Jalil. “El 10 de mayo del 2022, el gobernador me citó a una reunión en Casa de Gobierno para decirme que cese con la investigación, que él iba a resolver el problema con una quiebra, y que ‘iba a usar a sus jueces’ para llevarlo a cabo”, sentenció el letrado.
“Yo me opuse rotundamente a la posición del gobernador, y le dije que su hermano estaba involucrado. Me lo negó todo y terminó la reunión inmediatamente”, detalló sobre ese encuentro. Cinco días después, el abogado pidió que Andrés Jalil sea citado a declarar.
Esta petición fue denegada por la Justicia Federal de Catamarca y Jalil se presentó como damnificado en la estafa, ya que el hermano del gobernador invirtió en la empresa de Bacchiani. Esto fue confirmado por voceros del gobierno a TN. Incluso, el Juzgado Comercial de Ejecución ordenó que le devolvieran a él y a otras 840 personas parte del dinero que habían puesto a “trabajar” en el mercado de las criptomonedas, y avaló la quiebra presentada por Bacchiani.
Los voceros también contradijeron al abogado sobre la supuesta reunión que mantuvieron en la Gobernación, para desistir con la demanda. “Nunca existió el encuentro y jamás el gobernador pidió frenar la denuncia. Incluso, él fue ante la CNV a denunciarlo”, dijeron.
A pesar de eso, Aydar aportó fotos estando en el despacho del gobernador e insiste en investigar a su hermano como presunto socio de Adhemar.
“El gobierno quiere hacer que Bacchiani figure como un empresario quebrado y no como un estafador”, afirmó, y recordó que son alrededor de 6700 damnificados en la causa, con los cuales el acusado habría recaudado montos siderales que superan los 400 millones de dólares.
En medio de esta estrategia judicial, el juez federal se declaró incompetente para entender los delitos de estafa y asociación ilicita, pero recién cinco meses después de radicada la denuncia, periodo donde la quiebra presentada por Bacchiani pudo avanzar en la Justicia provincial. Junto a la empresa de inversiones, también cerraron las franquicias que había adquirido la sociedad hasta ese entonces.
Ante esta situacion, el fiscal federal de Cámara en Tucumán, Gustavo Gómez, alertó con un dictamen contundente que la quiebra aceptada por el poder catamarqueño podía ser una “insolvencia fraudulenta” en perjuicio de una gran masa de acreedores, beneficiando además a quien dejarían no como un estafador, sino como un empresario que habría simplemente quebrado.
Por eso, el fiscal pidió a sus pares en Catamarca que sigan investigando la causa como presunto lavado de activos. “Atento a la unidad de acción en vista de este MPF, solicito que se amplíen los hechos a investigar a la presentación y consecuente trámite de la quiebra en el Juzgado Comercial y de Ejecución de la Provincia de Catamarca”, sostuvo en el fallo.
También cuestionó la postura de la Justicia de la provincia vecina de avalar la quiebra. “Esta decisión, prematura y sin ningún tipo de sustento lógico normativo, permitiría que aquellos activos se diluyan en la masa sujeta a liquidación, perjudicando aún más a las víctimas del presente proceso”, añadió. A su vez, pidió resguardar e inmovilicen los fondos que tenía registrados la empresa, ya que podrían ser parte de una gran trama de lavado de activos.
Quién es quién en la banda
Edgar Adhemar Bacchiani era el CEO de la empresa,además del socio mayoritario y fundador. Zaraive Celeste Garcés Rusa, su esposa, era la socia minoritaria y, según la Justicia, entregó su cuenta personal de Binance, una de las plataformas de intercambio más grande en términos de volumen diario de trading de criptomonedas, para el montaje de la estructura de la firma.
El matrimonio no solo tenía empresas de inversiones, sino que además registró una gran cantidad de locales gastronómicos y de otros rubros, como las firmas “Valhalla” con la cual montó el negocio de productos de dietética, “Oh my Veggie”, y la estética “Zaraive Multiespacio”. Sumado a ello, adquirió bienes de lujo y autos de alta gama, como Mercedes Benz y BMW. También tenía salones de fiestas y una casa quinta.
Por su parte, José Blas y Alexis Sarroca eran personas de confianza de Bacchiani, a quienes les confió la gerencia de la empresa. “Tenían las obligaciones de controlar y facultades de la dirección, además de participar en las reuniones de la cúpula directiva, capacitar el personal y conocer el giro diario de dinero al efectuar los controles de caja, teniendo autorización para el ingreso a la misma”, detallan en el expediente.
Blas trabajaba como oficial de cuentas del Banco Galicia, poseía una remuneración elevada y además se desempeñaba comercialmente como proveedor de insumos. “Tenía un patrimonio holgado que luego se vio incrementado con la indemnización que percibió de la entidad bancaria al momento de la finalización de su vínculo laboral, circunstancias que aunada a la elevada remuneración que percibía con Bacchiani y Adhemar Capital SRL justificarían tales emprendimientos comerciales”, explicaron.
Por su parte, Sarroca, que también era empleado del mismo banco que Blas, en Adhemar SRL realizaba trabajos de atención al público. Era gerente de una de las sucursales que tenía la firma y llevaba a cabo el asesoramiento con respecto a los planes de inversión y organización de los demás empleados, según se detalla en la causa penal.
El resto de la banda son Sofía Esther Aylan, gerente de la sucursal de Tucumán; Aldana Valeria Donato, gerente de la sucursal Córdoba; Pablo Olmi, operador de fondos; y Franco Javier Brey y Ernesto Washington Erdbercher Denett, captadores de fondos. También los abogados Lucas Esteban Retamozo y Sofía Beatriz Piña; y el asesor contable Iván Gonzalo Segovia.
La fiscalía considera que todos ellos son coimputados y actuaron en su condición de “engranajes necesarios del sistema diseñado por Bacchiani, y cumplieron un rol fundamental en el lavado de los activos ilegalmente recaudados”. Todos están imputados por los delitos de “Intermediación financiera sin autorización”, “lavado de activos”, “defraudación” y “asociación ilícita”.
Según el expediente, todos “obtuvieron dineros de origen dudoso para ingresarlo al mercado financiero formal y/o informal, lo que luego se exteriorizó a través de la adquisición de diversos bienes y la conformación y/o participación en distintas sociedades, otorgándole a dichas operaciones la apariencia de legales. En su gran mayoría no justificaron la licitud de los dineros aportados”.
También llegaron a la conclusión que “se pretendía encuadrar sus actividades únicamente en el desempeño de una relación laboral, que esconde la pretensión ideada por esta banda, de darle una apariencia de legalidad a la empresa Adhemar capital SRL, propio de este tipo de delitos, que el modo operandi se basa en la confianza de la gente y darle la mayor imagen de confianza”.
La relación del empresario con el gobierno catamarqueño y un homónimo de Roberto García Moritán
En noviembre 2022, la Unidad de Información Financiera emitió un informe en donde figuran las distintas cuentas bancarias que posee Bacchiani, así como también las transferencias que se hicieron en los últimos años.
En ese documento al que accedió TN, mencionan a la Fundación José Guido Jalil y al Sanatorio Junín, propiedad de Andrés Jalil, hermano del gobernador de Catamarca, como se mencionó anteriormente.
Los voceros del gobierno consultados por este medio informaron que tanto el nombre de uno de los hermanos del mandatario provincial, como otros tantos de apellido Jalil, forman parte de los casi 7 mil damnificados que habían apostado su dinero para hacerlo crecer de la mano de Bacchiani.
Pero lo que más llamó la atención de los investigadores fue que entre los cientos de nombres que aparecen mencionados, se encuentra el de un tal Roberto García Moritán. Desde un principio se sospechó que se trataba del exfuncionario porteño, sin embargo, era otra persona con su mismo nombre, es decir, un homónimo.
A pesar de que en las últimas horas el Juzgado Federal de Catamarca aseguró que las sospechas no eran ciertas, y desestimó la denuncia que había en su contra por falso testimonio, TN accedió a un dato revelante: el hombre mencionado en las transferencias millonarias sería socio del exmarido de Pampita.
García Moritán había sido citado a declarar por el fiscal federal Rafael Ruiz, en donde negó vinculación alguna con el empresario Bacchiani. Incluso, dijo que no lo conocía. De confirmarse esta relación, la causa que se dio por cerrada el jueves podría reflotarse.
“Es un papelón de la Justicia al citar a alguien que no era, sin antes investigar como corresponde. El nuevo informe nos dice que es otro García Moritan, pero no dice si tiene parentesco con el exfuncionario, por lo que la investigación no estaría cerrada, ya que podría ser algún familiar o socio”, expresó indignado el abogado Alfredo Aydar.
La ruta del dinero de Adhemar
Mientras avanza la causa contra Bacchiani, la Justicia intenta determinar hacia dónde se movió el dinero de la presunta estafa, ya que se trata de millones de pesos que parecen haber desaparecido de un día para el otro. En ese contexto, la querella presentó un total de 12 informes donde detallan cuál era la ruta del dinero que recibía y transfería la firma Adhemar Capital.
Solo un cuarto de ese dinero fue devuelto a los damnificados, después de que el abogado lograra una negociación con la defensa de Bacchiani y sus socios. “Conseguimos que el fiscal federal de Catamarca, Santos Reynoso, abra un proceso de devolución de 310 mil dólares″, contó Aydar, quien aseguró que faltan recuperar millones de pesos todavía.
“En distintos medios locales circulaba la data de que esa plata había desaparecido mágicamente, y que en los fondos del empresario no quedaba ni un peso. Sin embargo, nosotros pudimos detectar movimientos millonarios, que fue repartido en criptomonedas en distintas cuentas virtuales”, detalló Aydar. De acuerdo al informe al que accedió TN, se había detectado un saldo superior a 71 de Bitcoin (BTC), que serían más de 4 millones de dólares.
Según el abogado querellante, los socios de Bacchiani, Sarroca y Blas, “usaron herramientas avanzadas que obstruyen la trazabilidad”. Una de ellas es Coinjoin, que permite mezclar transacciones de distintos usuarios en una sola operación, rompiendo el vínculo directo entre el origen y el destino de los fondos.
También los acusa de usar mixers o mezcladores, que son plataformas que facilitan el lavado de criptomonedas al combinar diferentes fondos de múltiples usuarios, enviando el dinero a direcciones nuevas e imposibles de relacionar con las cuentas originales.
A su vez, habrían utilizado el “Salto de Cadena” (Chain Hopping) que implica el intercambio de un criptoactivo por otro, cambiando de una cadena de bloques a otra, lo que complica aún más el rastreo de los fondos.
“Este movimiento revela cómo Sarroca y Blas han continuado haciendo desaparecer activos millonarios, empleando técnicas sofisticadas para obstaculizar la trazabilidad de los fondos”, añadió en el informe, y aclaran, “todo bajo las órdenes de Adhemar Edgar Bacchiani”, alías “El Dios del trading” que no llegó a ser.