A Luis Novaresio:

Querido colega (vos sos abogado y yo también), te quiero contar que yo salí a la calle a luchar por tus derechos. Si, yo: una señora mayor, heterosexual, con hijos heterosexuales (y aclaro esto para que no pienses que lo hice porque en mi familia hay personas gay, NO, lo hice por empatía) pero total y absolutamente convencida que el amor no tiene sexo, solo es amor y sí, salí a defender tus derechos y los de tantos/as otros/as a que demuestren su amor públicamente, para que puedan formar una familia y criar hijos si quieren.

La ley de matrimonio igualitario (esa que permitió unirte en matrimonio con el amor que elegiste) la dictó la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, esa que hasta el día de hoy te encargás de denostar. Vos sos abogado y periodista y, sabés perfectamente bien que muchas de las cosas que afirmás no son ciertas, te entiendo: sos un empleado y tu deber es hacer lo que el patrón te manda, para eso te pagan.

Militaste el fascismo, te hiciste eco de cada dislate de una persona que, sin temor a equivocarme, puedo afirmar que no está en sus cabales y ahora ¿te sentís ultrajado? Hay algo Luis que se llama «agradecimiento», agradecer a quien nos reconoce derechos, también existe la «empatía» o sea ponerse en el lugar del otro nada de eso forma parte de tu lenguaje ni de tu vida.

No lamento lo que te pasa, creo que lo merecés, si lo lamento por todos/as aquellos/as que sí agradecieron y salen a la calle a defender los derechos de TODOS: mayorías y minorías ¿qué parte te faltó estudiar del Derecho Civil en cuanto a lo que es una «persona»? ¿qué parte no entendiste del Derecho Constitucional cuando nuestra Carta Magna consagra que TODOS las personas «nacemos iguales en dignidad?».

No te importó la gente que quedaba sin trabajo, no te importó que le sacaran los hospitales a los enfermos mentales no pudientes, tampoco te hiciste eco de la quita de medicamentos a niños con cáncer o a ancianos, nada de eso te importó porque a vos no te toca. Ahora te tocaron Luis y tanto vos como muchos otros van a tener que pensar «si pesa más un sobre» o la dignidad de ser realmente libres y plenos con derechos garantizados.
Un abrazo.
Dra. Elena Yriarte.

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