Lucas Aguilar tenía 20 años y fue asesinado de siete apuñaladas en la calle. En el gobierno provincial niegan una ola de inseguridad.
La violencia no cede en el conurbano bonaerense. El asesinato de Lucas Aguilar, un repartidor de 20 años, terminó en una feroz protesta frente al municipio. Hubo corridas, patrulleros incendiados y piedrazos sobre las ventanas. La Bonaerense intervino con un equipo antidisturbios. Disparos de balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar los familiares y amigos de Lucas.
Sobre el mediodía, allegados a la víctima -en su gran mayoría motociclistas que trabajan en el reparto de mercaderías- se concentraron frente al municipio que gobierna Mariel Fernández, una intendenta muy cercana a Cristina Kirchner.
Un cordón policial ubicado sobre la entrada irritó a los amigos de Lucas que empezaron a arrojar piedras sobre las ventanas. Otro grupo intentó incendiar un patrullero del municipio.
La reacción policial fue intensa. Un equipo antidisturbios dispararó balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar la protesta. Tras varios minutos de enfrentamientos, que incluyeron escenas de violencia entre la policía los repartidores, la policía logró detener a unas 15 personas que eran introducidas por una puerta lateral de la municipalidad.
El ministro de Seguridad, Javier Alonso, negó que haya una ola de inseguridad en el conurbano. «Sólo hubo un solo homicidio en ocasión de robo. Los demás casos fueron ajuste de cuentas y violencia familiar», dijo en Moreno. «Lo que está creciendo es la violencia interpersonal. Casi todos los homicidios que se producen son en personas que se conocen», agregó.
En tanto, Milagros -la novia de Lucas- estuvo en la protesta frente a la municipalidad. «Le arrebataron la vida como si nada. Todos tenemos miedo, los que trabajamos adentro y los que trabajamos afuera. Todos tenemos miedo de salir en Moreno. No se puede salir ni a la vereda. No se puede salir a la plaza que te roban», dijo todavía conmocionada por lo ocurrido menos de 24 horas antes.
Sólo hubo un solo homicidio en ocasión de robo. Los demás casos fueron ajuste de cuentas y violencia familiar. Lo que está creciendo es la violencia interpersonal. Casi todos los homicidios que se producen son entre personas que se conocen.
Lucas falleció ayer tras recibir al menos siete puñaladas. Había intervenido en defensa de un vendedor ambulante que había sido atacado por un sujeto con un arma blanca.
Curiosamente, antes del crimen, Lucas había concedido una entrevista televisiva en la que se quejaba de la inseguridad en el conurbano bonaerense. «Es tierra de nadie», dijo.
Lucas forcejeó con un sujeto que había acuchillado a un vendedor de alfajores. En el forcejeo, tal como se observa en las imágenes difundidas por una cámara de seguridad, el adolescente cayó en la vereda y recibió varios puntazos. Logró incorporarse, pero a los pocos segundos se desplomó en el asfalto.
Minutos antes, Aguilar había sido entrevistado por C5N donde hizo referencia a la inseguridad a la que están expuestos los repartidores durante su jornada laboral. Allí aprovechó para contar su propia experiencia. «Cinco veces me quisieron robar y, la última vez, casi pierdo el ojo», indicó.