De Cristian Barrios

El voto Crexell

El voto Lucila Crexell es lo más saliente de la votación anti-pueblo del miércoles. La negociación del voto afecta a la democracia y desnuda el verdadero carácter de blableros de la política de la derecha.

Eso que hicieron se llama corrupción. El voto Crexell está adosado al recuerdo de esta infausta ley anti-patria de los argentinos vía corrupción. Milei manejó los desvalores de la política y atacó esa democracia en la que no cree.

En términos políticos, donde todo vale, hizo bien. Ese voto le dio la victoria al establishment depredatorio, podrido, al que representa. ¿Qué puede importarle a Milei quién va a la Unesco?

«¡Qué haga lo que quiera! Pero que vote lo que necesitamos». Crexell había estado contra el DNU. Hablaba pestes de Milei, pero París vale el voto y la entrega. Es la fascinación del mal. Más que la banalidad todavía.

Pensemos en la mirada de la mujer de Crexell cuando el avión sobrevuele y por la ventanilla tenga la primera visión de la Torre Eiffel. Cualquier afín a los valores de este Gobierno y de su prensa corrupta y adicta lo entiende y lo justifica.

«Mirá si te la vas a perder. Perderte París por esos pobres que, además, de todas maneras, van a seguir siendo pobres. Mirá si me voy a sacrificar yo. Igual van a ser pobres».

El voto Crexell supera, además, en popularidad a Carlos Espínola y a un tal Kueider, peronistas, dicen. Bueno, Camau se cuelga otra medalla con su olímpica traición. No tiene el brillo de aquellas de los Juegos Olímpicos. No tiene París ni peronismo. No tiene nada que valga la pena.

Pero le va a pesar en el cogote más que aquel oro que tanto festejábamos por las mañanas. Pesó la votación con su desagradable espectáculo. Y las secuelas de la represión que todavía tiene en las calles a la mafia de Clarín con su TN mostrando «mire cómo quedó la ciudad, mire cómo la dejaron».

Bullrich quiso advertir desde temprano, a través de las cámaras, lo que le esperaba a cualquiera que fuera al Congreso. Por eso muchísima gente no fue. Y para eso formalizó un enfrentamiento del que sacan rédito con ese periodismo con aliento y baba del diablo al que un voto Crexell, o una regata contra el pueblo, les asegura el poder.
Cristian Barrios
Décimo cuarto día del mes de junio de 2024.

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