Que pena esta sociedad rota que tenemos, donde nadie conoce al vecino y donde el prójimo en vez de ser amado, es visto como un rival a eliminar, sin importarnos su derecho a vivir en paz, ni sus problemas, ni su vida.
Dónde los vecinos en vez de abrazarse y desearse una feliz navidad con un vaso de sidra en la mano, compartiendo el pan dulce y la ensalada de frutas, termine la madrugada del 25 con alguien muerto y otro preso, con familias destruidas.
Yendo al hecho en si, pienso que alguien que fue policía ya arrastraría esos modos de sus tiempos en actividad y que nada justifica quitarle la vida a una persona.
Utilizo este hecho a modo de ejemplo sociológico, de como estamos de hechos mierda filosóficamente como pueblo.
De cómo esa putrefacción puso a un psicópata de Presidente.
Como se celebra el hambre del otro, la muerte.
Deberíamos bajar el volumen, sí, pero a la maldad que se nos va comiendo el alma de a poco.
Poco queda de aquella Argentina que construía el barrio juntos, que veía en el otro a un hermano.
Aún estamos a tiempo como sociedad, de arreglar el tejido social y volver a ser quienes fuimos…

Cristian Barrios …periodista aps multimedio

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