Un ataque sin precedentes sacudió a Líbano, donde al menos 12 personas, incluidos dos niños, perdieron la vida y unas 2.750 resultaron heridas tras la explosión simultánea de aparatos beepers en todo el país. Los dispositivos eran utilizados por miembros del grupo armado Hezbolá para comunicarse, luego de haber abandonado los teléfonos móviles por temor a ser rastreados.

El Ministerio de Salud libanés informó que 200 de los heridos se encuentran en estado grave. Las explosiones, que se produjeron el martes por la tarde, comenzaron alrededor de las 15:45 en el sur de Beirut y se extendieron a otras zonas del país. Testigos afirmaron que las explosiones sonaban como fuegos artificiales o disparos, mientras que videos en redes sociales mostraban cómo estallaban en los bolsillos de las personas.

Hezbolá y el gobierno libanés señalaron a Israel como responsable de lo ocurrido. Fuentes citadas por el New York Times sostienen que las explosiones fueron provocadas por la implantación de material explosivo en los buscapersonas antes de que llegaran a Líbano, indicando que estos dispositivos habrían sido manipulados en la cadena de suministro.

Este tipo de ataques físicos en la cadena de suministro de hardware son inusuales. El experto en seguridad Dmitri Alperovitch calificó el hecho como «quizás uno de los ataques a la cadena de suministro físico más extensos de la historia».

El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció la explosión como una «grave violación de la soberanía libanesa y un crimen bajo todos los estándares», mientras que Hezbolá advirtió a Israel de represalias por lo que consideró una «agresión criminal». Israel, por su parte, no ha respondido oficialmente a las acusaciones.

Los analistas coinciden en que el ataque supone una infiltración profunda en la red de comunicaciones de Hezbolá. Emily Harding, exanalista de la CIA, comentó que la magnitud del ataque es una vergüenza para el grupo armado, que deberá llevar a cabo una investigación interna para evaluar su aparato de seguridad.

Este episodio incrementa la tensión en la región. Hasta la fecha, ambas partes habían evitado cruzar la línea hacia una guerra a gran escala, pero Hezbolá ha amenazado con responder a las explosiones de los aparatos. Observadores advierten que la situación actual podría ser «el momento más peligroso» del conflicto entre Hezbolá e Israel desde octubre del año pasado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *