2024
I.
Con el vuelo luctuoso de los crueles,
la impiadosa maldad nos ha cercado.
En un impensado descuido de la historia,
se le abrieron las puertas al maltrato.
Un increíble jolgorio repitente,
del discurso malévolo e ingrato,
ha colmado de festejos la impudicia,
oculta bajo la faz de libertarios.
¿A dónde llegará tanta ignominia?
¿Qué será de aquellos que desconocen, lo que ya ha sido, en los tiempos de la muerte y el espanto?
Un doloroso bucle del destino,
ha sembrado el regreso inesperado, cubriendo con la pátina del triste,
lo que fuera el discurso de goliardos.
¿Qué será de la prédica sofista que intente dilucidar lo que ha pasado?

II.
¿Habremos de aceptar, tan mansamente,
esta conspiración de los agravios?
O, acaso, está llegando la hora de los tiempos,
ese instante crucial tan esperado…
Y que -repentinamente- se pueblen nuestras calles,
con el impulso vivencial de un acto sacro.
Y que el reclamo se torne tan sonoro
que opaque la solemnidad de campanarios,
que los brazos se eleven en cerrojos
de puños crujientes y apretados,
que la marcha convoque a los perdidos, a los que nunca sintieron que habría que ir,
a los equivocados.

Invitemos a los guardadores de todas las historias,
con los recuerdos de bronces consagrados.
A las teleras de urdimbre de metralla,
con la sapiencia de sus manos inclementes,
con su mirar colorido y entramado.
Hay que llamar a los tantos que creyeron,
en el ochenta y tres de esperanza en el preámbulo.
A los dolidos recordantes del noventa
que saben lo que es sentirse traicionados.
Hay que juntarse uno a uno, codo a codo,
como en un desfile redentor de la vida, que nos trajo
hasta el sitial de última flaqueza,
donde aprendimos el sabor del desamparo.
De entre esa multitud, hecha de ausencias,
habrá de brotar, un candil de abanderados.

III.
Hay que llamar a la totalidad de los oficios, los que portan la creación entre sus manos.
Y que venga un ventarrón de profesiones,
aportando la sapiencia de sus grados.
Invoquemos a las pitonisas estridentes…
¡Apostemos al plumaje, al vuelo, y al canto de los pájaros!

Los artífices del hoy, serán olvido,
y entronaremos los augurios del mañana.
Venzamos el temor.
Digamos basta.
Podemos rebelarnos.
Un fueguito, más un fuego y otro fuego,
serán un incendio purificador de tanta mala entraña.
Sólo el pueblo ha de salvar al mismo pueblo.
Así fue redactada la enseñanza.

Italo Barrionuevo
Diciembre con oleaje, va dejando el 2023. Es 29.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *