ESE PAÍS
En un país cualquiera
que no es éste, ni cerca,
alguien habría echado
a correr la vergüenza.
Alguien que no soy yo,
ni eres tú, ni él, tampoco,
lanzaría la piedra,
que sería la primera.
Y después, las corridas,
los gases, las hogueras.
Y hasta, quizás, las balas…
porque nadie conoce
el final, cuando empieza.
En ese país, repito,
que perdió la memoria,
que duerme su letargo
por cansancio, o pereza.
Que se queda, asustado,
mirando las pantallas,
por donde le han dictado
el relato malsano
que explica sus miserias.
En ese país no existe,
por más que le insistimos,
la mínima esperanza,
una fe -aunque pequeña-
de subir la montaña,
de salir del abismo
al que lo han conducido
aquellos que se ufanan
de poder y riquezas.
Ese país caído, dominado,
explotado, sumiso, sin futuro,
da vueltas en sí mismo
y no alcanza a saberse
que está colonizado.
Y está el otro país.
El que no se resigna,
que quiere dar pelea y,
aunque no sabe cómo,
se siente resistencia.
Anda hurgando la historia,
se formula preguntas
y, a veces, hay respuestas.
Escudriña horizontes,
se piensa, y se repiensa.
Ese otro pais: ¿Aguarda,
algún llamado,
que resuene estruendoso,
con la carga vibrante
de una marcha guerrera?
¿En cuántas reuniones
-pequeñas reuniones que,
este país, festeja-
se recogen rituales
de antiguas asambleas?
Y habrá otro país, y otro,
y otro más que imagino,
cohabitando el espacio
memorial de la Patria,
o simplemente nombrado
por entre comisuras
que permiten las letras.
A veces, divagando
imagino un suceso:
veo las calles repletas
de esa esencia fundante
que llamamos «el pueblo».
Y veo los estandartes,
y leo las pancartas,
y escucho las consignas,
y grito hasta quedarme
maltrecho de silencio.
Quizás para alentarme,
quizás para alentarte,
pensando que, entre muchos,
venceremos el miedo.
Deseando que esté cerca
aquello que soñamos,
quizás, sólo por eso,
es que digo estos versos.
Italo Barrionuevo
Desde lejos, junio es 12. 2025