Colaboración Filósofo Carlos Bauer
Un ataque israelí convirtió una escuela-refugio en Gaza en un infierno. Al menos 31 personas murieron, incluidos 18 niños que dormían cuando las bombas impactaron. Las aulas ardieron con ellos dentro.
Testigos describen una escena devastadora: gritos ahogados por el fuego, cuerpos calcinados pegados a las paredes y un silencio desgarrador tras las llamas. «El fuego fue más rápido que nuestras voces», dijo Nawal, vecina del lugar. «¿Cómo pueden decir que esto no es un crimen de guerra?»
Mientras Tel Aviv continúa con su ofensiva genocida para ocupar el 75% del enclave, crecen los testimonios de horror y resistencia desde Gaza.



